Siglo XVII
La liberdad de interpretación
n Portugal los pintores de azulejos se inspiraban en grabados ornamentales que les llegaban desde otros puntos de Europa. Con ellos creaban murales en azulejo destinados a revestir paredes de grandes dimensiones. Ese trabajo obligaba a cierta pericia en el uso y trasposición de las escalas.
Entre esos grabados hay que destacar, en el siglo XVII, los llamados grutescos, motivos profanos de la antigua Roma que el pintor Rafael recuperó en el siglo XVI para decorar algunas salas del Vaticano. Su divulgación por toda Europa hace que aparezcan también en Portugal, en paredes de iglesias, aunque las figuras y la temática tratadas entran dentro del ámbito religioso.
Dado su carácter fantástico, los grutescos eran muy del agrado de un pueblo acostumbrado al trato con culturas distantes. No es de extrañar, pues, que los pintores de azulejos se inspirasen también en las "chitas", unos tejidos de algodón estampados provenientes de la India, que se usaron en Portugal como frontal de altar. A veces sus temas aparecen asociados con otros occidentales – siempre dentro de la simbología católica —, dando lugar a una de las muestras más interesantes de transculturalismo dentro de las artes decorativas portuguesas.
Capilla de San Amaro,
Lisboa, 1670 · 1680.
fotografía: Paulo Cintra y Laura Castro Caldas
Frontal de altar
2º cuarto del siglo xvii
MNMC inv;1439
fotografia:José Pessoa(DDF-IPM)
"Caza del leopardo",
3.° cuarto del siglo XVII,
MNA inv. 137.
fotografía: José Pessoa (DDF-IPM)
Iglesia parroquial de Carcavelos,
1650 · 1675.
fotografía: Nicolas Lemonnier
Frontal de altar,
Convento de Nuestra Señora de la Esperanza, Alcáçovas,
2.° cuarto del siglo XVII.
fotografía: Paulo Cintra y Laura Castro Caldas
© Instituto Camões, 2000