Siglo XVII
Diversificación de los motivos
l hecho de que los azulejos figurativos estuviesen en sintonía con los espacios (civiles o religiosos) a los que se destinaban hacía que los talleres almacenasen un amplio repertorio de grabados que iba siendo utilizado según las características de los encargos que recibían.
Escenas religiosas, de caza, guerreras, mitológicas y satíricas se transponían para los azulejos, reinterpretadas cromáticamente de manera libre por artesanos sin formación académica. Unas veces se aplicaban sobre grandes superficies arquitectónicas y otras a escalas más pequeñas, substituyendo la función de la pintura al óleo de la tradición europea.
Para la Iglesia se elaboraron series en formato pequeño, con figuras de santos, emblemas y escenas narrativas religiosas, todavía con toques de ingenuidad si se comparan con los grandes ciclos religiosos del siglo siguiente.
La nobleza, por su parte, encargaba paneles con motivos profanos destinados a decorar los nuevos recintos palaciegos construidos en Lisboa y sus alrededores tras la restauración de la independencia de Portugal de la corona española, en 1640.
El Palacio de los Marqueses de Fronteira, en Lisboa, es uno de los edificios más emblemáticos de la época. En él surgirán, a la par que temas mitológicos y bélicos, escenas satíricas — llamadas ?macacarías? (monadas) — cargadas de ironía y disparates
"Galería de las Artes",
Palacio Fronteira, Lisboa, ca. 1670.
fotografía: (DDF-IPM)
Musa Talía,
ca. 1670, MNA inv. 6914.
fotografía: José Pessoa (DDF-IPM)
Alegoría Eucarística,
3.º cuarto del siglo XVII,
MNA inv. 173.
fotografía: José Pessoa (DDF-IPM)
Cortejo de Anfítrite y Neptuno,
ca. 1670, MNA inv. 141.
fotografía: Francisco Matias (DDF-IPM)
«Monada» (Macacaria),
Palacio Fronteira,
Lisboa, 3.º cuarto del siglo XVII.
fotografía: Nicolas Lemonnier
© Instituto Camões, 2000